lunes, 30 de agosto de 2010

Escuchar tantas canciones tristes, a veces, sólo a veces, hace que por más felices que estemos, nos pongamos a recordar cosas que no hemos querido recordar antes. También pasa que nos ponemos medios nostálgicos, y a través de la melancolía anhelamos y deseamos lunas, estrellas y arcoiris.
Escucho Juanjo Montecinos, me gustan las canciones que escribe ese hombre. Si bien hace un mes no las escuchaba porque no sabía de su existencia, hoy a cada rato pienso en alguna de sus letras. Y de nuevo deseo cosas, como comprar un algodón para alimentarlo y que se convierta en nube... cosas así, que solo sus canciones podrían comprender.
Pienso que deberíamos cumplir años más seguido, que se nos cayeran pestañas a cada rato o ver estrellas fugaces también en el día, porque así podríamos pedir muchos más deseos y quizá no se nos olvidarían. Ahora por ejemplo, quiero cosas distintas a las que quería hace un rato. Dos horas atrás hubiese pedido poder dormir un poco más, porque no pude conciliar el sueño; hace una hora, hubiese pedido no tener tanta hambre; ahora quiero...quiero más cosas, porque a medida que pasa el día uno quiere más...
quiero que el horario de mi práctica coincida con el de la universidad, para poder egresar este semestre.
También quiero tener una cuarta cuerda para mi guitarra, porque ayer se me cortó.
Me encantaría que mi hermano estuviese en la casa, no se, durmiendo, comiendo, viendo tele, da igual. Escuchaba música a todo volumen y me alegraba las mañanas.

Pediría un abrazo, de esos que llenan espacios.
Poder volar hasta el infinito.
Alcanzar los colores de un arcoiris.
Un beso.



Bueno, son cosas que me pongo a pensar mientras escribo, quizá en un rato más ya no desee nada de ello.